Culpable
- blancamargal
- 22 jul 2021
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Señoría:
He sido declarada culpable por un delito que no cometí, pero si el amar es pecado, entonces, que me lleven presa.
Si debo decidir entre andar de puntillas por el sendero del amor o naufragarme en él como si no hubiera un mañana, decido esta última opción. Pues, Dios me libre de mencionar su nombre, pero prefiero arder entre las llamas del pecado que quedarme viendo la vida pasar.
Si preguntan si soy culpable por haber cortado en alguna ocasión el foco que visibiliza el hilo rojo. Por haber soltado todas esas cadenas que me cazan del corazón. Por hacer de la letra una necesidad y que quiera tatuarse mi nombre en sus ojeras. Por haber roto con todos los caminos que me llevan a Roma e inevitablemente a él, mi amor. Diles que sí, que soy una delincuente que se esconde entre vagones de trenes, que va capturando el ir del viento y saltando toneladas de mar.
Y si las tiritas curan las heridas de la ilusión y si mañana no queda más grito que el del silencio, entonces, señoría, que me lleven presa, pues nunca fui sensata ni correspondí con las expectativas impuestas.
Y si al despedirnos, me giro para verle marchar, entonces, señoría, soy la máxima culpable de este delito. Que me condenen a no volver a ver la luz del brillo haciendo cosquillas a su mechón. Que me lleven presa pues nunca seré más libre que cuando desato mis palabras entre tristes líneas que me siguen pacientes. Que me encierren, señoría, pues nada es como parece, pero gracias a él todo tiene otro color.
Que me lleven presa, que me hagan llorar y me partan el corazón. Que pregunten y afirmen. Que me declaren culpable de todo. Que me aten una soga al cuello y me hagan decidir. Que hagan conmigo lo que quieran, pues, señoría, que me lleven, si quieren, a la eternidad de las barras de metal, que nunca podré hacer otra cosa que amar cada parte de este caminar.
Marzo, 2020.

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