Recorrer(nos)
- blancamargal
- 15 mar 2024
- 1 Min. de lectura
Fue pronto que se coló
en los rincones de mi casa.
Penetró en sus escondites
y se hizo un hueco a medida
en cada recuerdo que faltaba.
Puso patas arribas el mobiliario,
empapeló las paredes,
que dejaron de ser blancas
para lucir un azul cielo
y quitó las luces oscuras
para teñir de nuevos colores
cada esquina de la estancia.
Retiró los ladrillos para construir
sobre los viejos cimientos
con palabras jamás oídas.
Desmontó el ideario, lo llenó de matices.
Mi lenguaje se tornó rico
y los sustantivos estaban acompañados.
Ahora siempre le pronuncio.
Ahora todo son metáforas.
Chocó de bruces con un huésped solitario,
que rondaba mis sueños lejanos
vistiéndose de ermitaño,
y lo llamó Roma.
Recorrió con paciencia los jardines
cercanos a casa
y se acercó a las zonas complicadas del barrio
para penetrar en sus interiores,
entender la procedencia
y ofrecer sostén en la tormenta.
Al tiempo él y yo
nos encontramos cuidando las hojas marchitas,
y su mirada se enredó en la mía,
Aunque yo ya lo había sentido.
Tiempo, riego, cuidado.
Salieron las primeras hojas,
que cogieron color y llenaron el jardín.
Conocerle fue ver florecer.
Ahora nos recorremos bajo el sol.
Voy calentita, y a gusto.
Me siento querida, y quiero.
Con el descubrí que la palabra soñada
estaba guardada en su voz,
que la historia guarda varios finales
y que los prefiero
si es él quien los cuenta.

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