Escribir(te)

Te he escrito muchas cartas,

más de las que puedo contar,

pero no he firmado el remitente

ni he indicado tu dirección.

Las he metido en un bonito sobre

y me he sentido miserable.

Luego, las he guardado en un cajón

y he tirado la llave.

He recargado los recuerdos

para volver a besar los deseos

y he llenado de palabras el papel

para volver a verte en él.

Te he escrito con las lágrimas de aquella que espera la llamada,

con la paciencia de la que espera a ser revelada,

con la inocencia de la que cree en hadas.

Te he escrito sintiendo la piel más muerta que nunca,

con la pena presionando la nuca,

con las palabras atragantándose en la boca.

Te he escrito como aquella creyente que le reza al de arriba,

como aquella que va detrás de trenes que partieron,

como aquella que es esclava de las segundas oportunidades.

Te he escrito dejándome la sangre,

perdiendo la fe,

y quedándome sin voz.

Te he escrito haciéndome pequeña,

queriéndote más que nunca

y olvidando tu mirada.

Te he escrito velando por tu calma,

anhelando una tregua

y pensando que eras para mí.

Te he escrito descuidando el tiempo,

rogando otro intento

y viciando la foto.

Te he escrito sintiendo tu olor,

abrazando el dolor

y gritando el error.

Te he escrito dando vueltas en una noria,

naufragando en una tormenta

y metiéndote en una playlist.

Te he escrito creyendo en tus mentiras,

acariciando tu rostro,

y sintiéndome desgraciada.

Te he escrito desnudándome ante ti,

exigiendo tu regreso

y descuidando el verso.

Te he escrito pensando que llegaba tarde a otras vidas,

con la seguridad de que la espina seguía clavada en mi costado,

y agonizando por decir “adiós”.

Te he escrito con la rabia de la que esperaba otro final,

con el rencor de la que no es capaz de perdonar,

con la esperanza de descubrir otros ojos.

Te he escrito dejándote atrás,

dando un portazo

y arrebatando la memoria.

Te he escrito muchas cartas,

más de las que puedo contar,

pero no he firmado el remitente

ni he indicado tu dirección.