Recorrer(te)
- blancamargal
- 21 ene 2023
- 1 Min. de lectura
Fue pronto que se coló
en los rincones de casa.
Penetró en sus escondites
y se hizo un hueco a medida
para así habitar cada recuerdo,
aquel que cargaba líneas sinceras
y aquel de lluvia amarga.
Puso patas arribas los muebles,
empapeló de papel las paredes,
que dejaron de ser blancas,
y construyó sobre los viejos cimientos
con palabras jamas oídas.
Chocó de bruces con un huésped solitario,
que se vestía de ermitaño,
y cuyo nombre era roma al revés.
Paseó y recorrió junto a él
el camino montañoso.
Descubrió relatos innombrables,
vio crecer hojas perennes,
recogió leña
y llenó de calor los huesos.
Al tiempo conoció a la propietaria,
aunque ya hacia tiempo que la recorría.
La despertó y meció con gusto,
con tacto y con cuidado.
La alimentó y tejió sobre ella
significados inesperados.
La escuchó tropezar con palabras
y caer rendida ante silencios sopesados.
Le besó los errores por hacer
y acarició la juventud que aún cargaba.
Le cosió muy dentro aquella palabra solitaria,
que ahora no temía.
Recorrió con paciencia los rincones de casa,
desmontó las cerraduras
e hizo copias de las llaves,
que guardó dentro de él
para así nunca perderlas.
Para así volver siempre a ella.

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